jueves, 30 de enero de 2014

Crecer con ritmo

What's up?
Perdonad que haya tardado tanto tiempo en actualizar. Sí, sigo viva.
Hoy vengo con un texto que tuve que hacer para el colegio la semana pasada y que considero que es interesante y me quedó bastante bien. ¡Espero que lo difrutéis!
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Crecer con ritmo
Es difícil encontrar alguien a quien no le guste la música. A todos nos gusta un tipo u otro de música. ¿Entonces, por qué los adultos –profesores y padres- no ayudan a que los niños disfruten más de ella des de pequeños? La música es algo bueno, algo que ayuda mucho a la formación de la persona: des de lo emocional hasta cosas más prácticas como son las matemáticas y las lenguas.
La música, aunque no lo parezca, es algo infravalorado en nuestra sociedad. Los padres, en general, no ayudan a sus hijos a tener una buena formación musical. A todos les parece magnífico, interesante y genial que otro niño estudie música fuera del colegio, pero su hijo no, que no le va a servir de nada en la vida. Tampoco se les enseña historia de la música: cada época su música y para qué mirar al pasado con el gran futuro electrónico que tenemos por delante. No le dan importancia a la asignatura de música del colegio, si el niño suspende no pasa nada, es música y no es nada importante. Tal vez en casa se le de poca importancia a esta asignatura porque tampoco se le da la necesaria en el colegio. Y viceversa.
Sí, efectivamente, en el colegio se le da poca importancia a la música. No es una asignatura de la que los alumnos deban examinarse continuamente como lenguas, historia o ciencias, pero sí que se debería aumentar el número de horas de educación musical. Muchos de los profesores de música de primaria son profesores mediocres, que enseñan lo básico a los alumnos y de cualquier forma. A todo niño que haya pasado por un colegio en la que se enseñe música mínimamente, le habrán hecho llevar a clase la biografía y las obras más importantes de aquel olvidado Wolfang Amadeus Mozart, pero muy pocos habrán podido disfrutar (gracias al colegio) de la magnificencia de su música. Con tanta importancia que le da todo el mundo a las famosas matemáticas o lenguas (asignaturas que a un alto porcentaje de la población infantil les aburren y no se les dan bien) se debería fomentar el aprendizaje de música en las escuelas, ya que esta ayuda al desarrollo de las lenguas y las matemáticas. Incluso, muchos de los niños que estudian música leen más que los que no (aunque siempre hay excepciones).
De esto último, de la mejora en lenguas y matemáticas no se puede dudar. Se han hecho muchísimos estudios científicos que lo demuestran e incluso yo sola por mi cuenta puedo demostrarlo. Mis padres desde siempre quisieron que yo tuviera una buena formación musical (tal vez porque ellos no la tuvieron) y la tuve. Empecé estudiando música fuera del colegio cuando tenía seis o siete años, comencé con expresión musical y corporal y en un año ya empecé a tocar el clarinete en la escuela de música de mi ciudad. Tuve la suerte de tocar con gente más mayor que yo y en una buena big band juvenil –concepto que los niños de hoy día y me arriesgo a decir que muchos adultos no conocen-. Dejé de tocar cuando empecé mis estudios de educación secundaria y desde entonces no leo mucho y temo más a las matemáticas que a la muerte.
Sí, este es un ejemplo puntual, mío, concreto, pero este, junto con el de otros muchos niños confirman los estudios que he mencionado.
No logro entender por qué se infravalora la música. Es cultura general, sirve para entender un poco mejor la vida. Para entender el cine e incluso para entender algunos chistes y parodias de esas series que nos gustan a todos. ¿No podría ser la música una gran asignatura que los niños adoraran? ¿No podría ser la música algo que los niños adquirieran por algo común? Es decir, un tema que diera pié a una conversación con fundamento, con pies y cabeza.
Estaría bien que se educara a los niños en el mundo del lenguaje musical correctamente, que los niños aprendieran a leer una partitura simple, que sean capaces de escribir al menos cuatro compases coherentemente. Estaría bien que los niños entendieran de harmonía, de musicalidad, pero eso es un mundo muy lejano. Enseñar historia de la música no es tan complicado. Que un adolescente no conozca a Janis Joplin hace que se me remueva el estómago y que un niño nunca haya sentido la magia del jazz o el blues me entristece mucho.
La música es algo que nos rodea a todos, que está presente en nuestras vidas, en unas más que en otras, pero está presente en la de todos. Y podría ser algo que fascinara a más gente de a quien fascina, porque es algo mágico. Y muchos descubren su pasión por la música solos, cuando notan que les falta algo, pero a otros se la podríamos mostrar, empezando por fomentar la educación musical en los colegios para que generación tras generación, mucha gente transmita sus conocimientos y sus sentimientos musicales.
Y me queda por aclarar que la música no es solo el conocimiento del lenguaje y la historia, también es la escucha variada de esta.

Que la fuerza os acompañe.

C.

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C.